Acumulando experiencias
- Isabel Balseca
- 14 ene 2017
- 1 Min. de lectura

La mejor manera de acumular experiencias es viajando, y puede hacer que nuestra perspectiva sobre infinidad de cosas cambie. Son numerosas las investigaciones que coinciden en enumerar ciertos efectos positivos de viajar:
Estimula el cerebro gracias a la novedad y la aventura que supone. Cuerpo y mente se renuevan y se alejan de las preocupaciones, llenando nuestra imaginación de recuerdos que evocaremos en el futuro.
Amplía perspectivas y genera una visión más positiva de la vida.
Aporta un mayor conocimiento cultural, histórico, geográfico y social, ofreciendo la oportunidad de empaparse de la riqueza de otras culturas.
Ayuda a desarrollar habilidades y a generar confianza; un viaje te enseña a conocerte y a revalorarte.
Facilita la comprensión y aprendizaje de otros idiomas.
Viajar adquiere especial importancia en el caso de niños y adolescentes. Favorece su desarrollo como personas y la gestión de sus comportamientos sociales; fomenta la colaboración y el trabajo en equipo, el cuidado del entorno, y les proporciona madurez en sus capacidades resolutivas. También les ayuda a experimentar una mayor independencia, a elevar sus niveles de autoestima y a desarrollar habilidades de destreza y agilidad mental. Estos beneficios, junto a muchos otros, no son exclusivos de los viajes largos; una escapada corta también puede aportar experiencias muy positivas. Sólo se necesita estar motivado.
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